
Aprovecha a tus hijos, a tu familia, a los tuyos - cuando los tienes contigo. Hay muchas cosas mucho más importantes que andar "correteando la chuleta" como dicen.
Lo que nos pasa, lo que no nos pasa, lo que quisieramos que nos pasara y lo que nunca nos pasara.
El Ciego
Había un ciego sentado en la vereda, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que, escrito con tiza blanca, decía: "POR FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO".
Un creativo de publicidad que pasaba frente a el, se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra.
Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue.
Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna, su gorra
estaba llena de billetes y monedas. El ciego reconoció sus pasos y le preguntó si había sido el, el que re-escribió su cartel y sobre todo, qué había puesto.
El publicista le contestó:
"Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras". Sonrió y siguió su camino.
El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel decía: "HOY ES PRIMAVERA, Y NO PUEDO VERLA".
Cambiemos de estrategia cuando no nos sale algo, y verán que puede que resulte mejor de esa manera.
Decía Einstein "Si hace lo que siempre ha hecho, obtendrá los resultados que siempre ha obtenido"
Bastante obvio, tanto que se nos olvida...
“Una mujer escuchaba pacientemente a su hija que se quejaba amargamente porque se sentía desesperada, no podía resolver los problemas que tenía, ni sabía cómo seguir adelante: estaba cansada de luchar, pues por más que lo intentaba, siempre surgía algo más y era cuento de nunca acabar.
Su madre le pidió que llenara tres ollas con agua y las pusiera en la estufa. En una, le dijo, pon unas zanahorias; en la otra, coloca un par de huevos; y en la tercera, vacía unos granos de café. Continuaron platicando durante unos minutos, hasta que le dijo a su hija: apaga la estufa y vacía las zanahorias en un plato, los huevos en otro y sirve el café por favor.
Una vez que la joven hizo lo que le pidió, su madre le preguntó: ¿Qué ves?, la hija, sorprendida, contestó: pues, zanahorias, huevos y café ¿Eso qué tiene qué ver con lo que platicamos? Es muy sencillo, respondió la madre; mira, los tres se enfrentaron al mismo elemento: el agua hirviendo. Dime hija, ¿cómo se encuentran en este momento? Ella respondió: las zanahorias se están deshaciendo, los huevos se hicieron duros y el café está listo. Muy bien, la felicitó su madre. Si te das cuenta, las zanahorias llegaron duras y soberbias para enfrentarse al agua y terminaron a punto de deshacerse; los huevos, protegidos por el cascarón llegaron frágiles, con el interior líquido y terminaron duros.
Sólo el café se había mantenido igual, de hecho, transformó al agua: le había dado su aroma, su color y su sabor. Fue el único que al enfrentarse a la prueba, no sólo no perdió sus propiedades, sino que las mejoró. Lo cierto es que cuando el agua se encuentra en el punto de ebullición, el café alcanza su mejor sabor.
La madre miró a su hija, diciéndole serenamente: cuando las cosas se pongan peor y no encuentres solución, reacciona positivamente ante la adversidad, eso fue lo que sucedió con el café.”
Las adversidades nos brindan oportunidades para transformarnos en mejores personas, nosotros decidimos si lo hacemos o no. No olvidemos que podemos ser como el café: capaces de cambiar la esencia de las cosas.
¿Qué clase de persona eres? ¿Te dejas vencer ante las adversidades y te desmoronas? ¿Te vuelves duro e insensible como las piedras? Me gustaría saber que eres de esas personas que cuando se enfrentan a los problemas, los transforman y los convierten en experiencias de vida. Todos podemos hacerlo. Es muy triste encontrar gente de apariencia frágil pero dura, áspera e insensible por dentro, que no se conmueve ante nada; así como también hay otras de apariencia dura, pero que a la menor dificultad se sienten derrotadas y sin la fortaleza para continuar su camino, ni con la capacidad para sostenerse a sí mismas.
Ve y dale TU sabor a TU vida.. asegurate que sea un sabor agradable para Dios sobre todas las cosas, para ti y para los demás, aunque te aseguro que si te ocupas de que sea agradable ante los ojos de Dios, los otros dos (tu y los demás) estarán complacidos por añadidura.
Feliz inicio de semana.