CREDITO:
Carlos A. Vargas
Existen varias razones para invertir en el futuro. Una de las más populares es la jubilación, aunque también puede haber otras igualmente profundas como la creación de un patrimonio o financiar la educación de los hijos.
Las razones pueden parecer tan superfluas como la compra de una casa de veraneo o un yate. Lo importante no es la razón, sino el hecho de que todas las personas tienen necesidades futuras particulares y las podemos comenzar a planear desde ahora.
No es sencillo hacer conciencia del largo plazo cuando vivimos una situación de mercado como la actual.
Paradójicamente ahora es cuando podemos aprovechar buenas oportunidades de inversión si entendemos nuestras necesidades de largo plazo y estamos dispuestos a invertir en ellas.
* Plazos de inversión
Dependiendo de las necesidades de cada inversionista, existen productos diferentes que se adaptan a diversos plazos y, consecuentemente, con riesgos distintos.
Para aclarar este concepto propongo el siguiente ejercicio: si hubiéramos comprado Cetes a 28 días y el IPC durante los últimos cinco años, invirtiendo cantidades iguales en ambos instrumentos, el valor nominal de esa inversión tendría, en teoría, una ganancia de 33% en el caso de los Cetes a 28 días y de 91% en el caso del IPC, por el periodo en cuestión.
(El ejercicio fue realizado sin tomar inflación o impuestos que, si bien, son inevitables para fines de esta comparación, son iguales para ambos parámetros de medición).
Se puede ver claramente, en este ejercicio, que el rendimiento esperado del IPC es significativamente mayor que el de los Cetes a 28 días en condiciones iguales. Este diferencial podría ser incluso mayor si encontráramos el momento de mercado óptimo para realizar la inversión.
Es importante observar que en el caso de los Cetes se tiene una tasa de interés asegurada con riesgo estrictamente gubernamental, mientras que en el mercado de valores existe riesgo de contraparte y el valor de la inversión depende de la capitalización lograda.
Los Cetes pueden asegurar una ganancia nominal de la inversión, mientras que una inversión indizada al IPC podría tener minusvalías, dependiendo de los momentos de inversión y desinversión en cada caso.
* La base es el ahorro
No obstante la plusvalía que se puede obtener por cierto tipo de inversiones, es importante tener una base para crear un patrimonio. Es decir, por más altos que fueran los rendimientos de nuestras inversiones, tenemos que considerar una cierta cantidad de ahorro para lograr nuestros objetivos de inversión.
Este ahorro puede ser fácil de generar si tomamos en cuenta un plazo suficiente y la disciplina de ahorrar una cierta cantidad periódicamente. Por ejemplo, si tuviéramos como objetivo pagar la universidad de un hijo, que calculamos tendrá un costo de 100,000 dólares dentro de 10 años, si ahorráramos 500 dólares mensuales durante ese periodo y solamente considerando ese ahorro, lograríamos acumular 60,000 dólares durante ese plazo.
Si esta cantidad se invirtiera en un instrumento que nos permitiera tener una tasa de 10% anual, con capitalizaciones mensuales, podríamos lograr nominalmente el objetivo de la inversión.
* Diversificación
Existen numerosos estudios que demuestran que la diversificación bien aplicada es una excelente herramienta de mitigación del riesgo sistémico de una inversión.
Para diversificar se deben tomar consideraciones muy precisas de plazos de inversión, moneda en que están basados nuestros activos y nuestras necesidades, objetivos y plazos de inversión, etcétera. Existen tantas opciones de portafolio de inversión como inversionistas en el mercado.
Una excelente forma de realizar inversiones más complejas, o incluso de acceder a productos de mayor rendimiento, es mediante los fondos de inversión. Éstos son productos financieros empaquetados que cuentan con un prospecto específico de sus características y, debido a que buscan satisfacer las necesidades de diferentes tipos de inversionistas, hay numerosas opciones en el mercado que se adaptan a diferentes necesidades de inversión.
Las sociedades de inversión pueden ayudar a la diversificación de un portafolio y, debido a que tienen una gestión propia, pueden permitir una gestión más pasiva del inversionista en algunos casos.
* Perfiles personales
Una vez definidos los objetivos de inversión de largo plazo, es importante enfocarse en las tendencias anuales y multianuales de los rendimientos del portafolio en que se invierta y dejar en segundo plano la volatilidad diaria e intradía del mercado cuando se mida el desempeño de dichas inversiones.
Esto no quiere decir que la inversión de largo plazo sea la panacea.
Cada persona tiene necesidades de inversión particulares y en la medida en que estas necesidades se entiendan y se adapten al portafolio de cada uno, se podrán tener mejores resultados.
La mejor recomendación es acercarse con un ejecutivo de inversiones, quien puede ayudar en la determinación del portafolio de inversión óptimo para cada inversionista y puede hacer recomendaciones precisas en cada caso.
RDS
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