Primero que nada, es ya 25 de Diciembre, es la víspera de Navidad del 2006, hoy en la Iglesia compartí con mis alumnos de escuela dominical una parte de mi diario de hace 10 años, precisamente del 23 de Diciembre de 1996, cuando estaba en una misión religiosa en la ciudad de México.
Sentado en mi cuarto, esperando que mi hijo se quede dormido para que entonces pueda llegar Santoclós, me dio tiempo para reflexionar sobre los recuerdos que tengo de esta fecha tan familiar.
Recuerdo por ejemplo la navidad en que nos amaneció a mi hermano y a mi nuestra primer bicicleta, de hecho, en mi caso fué la única bicicleta que tuve. La emoción de salir por la mañana a darnos nuestros primeros trancazos en la calle pues no sabiamos andar en bici. Que hermoso es la inocencia de la infancia, como disfrutamos cada momento, como queda grabado en nuestro archivo de momentos gratos por recordar.
Años atrás, entre los amigos de mi papá existía una bonita tradición de festejar el 25 de Diciembre y el dia 1ro de Enero jugando beisball. Nos levantábamos temprano, nos alistábamos y nos dirigíamos a algún campo de beisball de la localidad, en algunas ocasiones fueron los campos del Regis, en otras, los campos que estaban donde ahora esta el CESUES. Se juntaban varios miembros de la iglesia, amigos y familiares para disfrutar de un buen juego de beis. Mi hermano y yo, por ser niños aun, no participabamos del juego, pero eramos parte de él... recuerdo que una navidad nos amaneció un uniforme de beisball con todo y guante nuevo. Yo me sentia de las ligas mayores cuando llegamos al campo, tiramos la pelota con mi papá, corrimos, yo estaba ansioso por barrerme en las bases y ensuciar mi uniforme. Ah que días aquellos.
Esa tradición ha evolucionado a solo un partido de basketball. Ya quedamos de vernos en la cancha a las 10 de la mañana para bajar la cena de noche buena. Yo invité a varios amigos, espero que estén alli. Si no fuera por mi papá, creo que esta tradición de hacer deporte en estos dias se iria perdiendo.. creo que pronto llegará el día en que seamos nosotros los que sigamos con este legado.
Luces de vengala, fué lo que aprendió nuevo mi hijo el dia de hoy. Jugando con sus primos en casa de Mamá Nana (asi le decimos a mi abuelita materna), mi tio Beto saco unas luces de vengala para todos, los niños estaban felices con las chispas, los movimientos de las luces y los gritos de todos mientras las danzantes luces brillaban en la oscuridad. A mi se me ocurrio pensar, la vida no tiene por que ser como una luz de vengala, los momentos gratos, el disfrutar de la vida no tiene por que ser pasajero y fugaz, nacimos para vivir una vida plena, para aprender de nuestros errores, para seguir el ejemplo de aquel de quien recordamos su nacimiento en este día. Mi meta es que para el proximo diciembre, mi familia y yo podamos decir: Fué el mejor año de nuestras vidas ... y lo que viene luce mucho mejor.
Yo quiero en mi vida una vela encendida, un faro que alumbre y pueda marcar el camino para los que vienen detrás, no una luz de vengala que asi como se enciende, se apaga tras dar unos cuantos segundos de felicidad.
y tu? eres una vela o una luz de vengala?
Sentado en mi cuarto, esperando que mi hijo se quede dormido para que entonces pueda llegar Santoclós, me dio tiempo para reflexionar sobre los recuerdos que tengo de esta fecha tan familiar.
Recuerdo por ejemplo la navidad en que nos amaneció a mi hermano y a mi nuestra primer bicicleta, de hecho, en mi caso fué la única bicicleta que tuve. La emoción de salir por la mañana a darnos nuestros primeros trancazos en la calle pues no sabiamos andar en bici. Que hermoso es la inocencia de la infancia, como disfrutamos cada momento, como queda grabado en nuestro archivo de momentos gratos por recordar.
Años atrás, entre los amigos de mi papá existía una bonita tradición de festejar el 25 de Diciembre y el dia 1ro de Enero jugando beisball. Nos levantábamos temprano, nos alistábamos y nos dirigíamos a algún campo de beisball de la localidad, en algunas ocasiones fueron los campos del Regis, en otras, los campos que estaban donde ahora esta el CESUES. Se juntaban varios miembros de la iglesia, amigos y familiares para disfrutar de un buen juego de beis. Mi hermano y yo, por ser niños aun, no participabamos del juego, pero eramos parte de él... recuerdo que una navidad nos amaneció un uniforme de beisball con todo y guante nuevo. Yo me sentia de las ligas mayores cuando llegamos al campo, tiramos la pelota con mi papá, corrimos, yo estaba ansioso por barrerme en las bases y ensuciar mi uniforme. Ah que días aquellos.
Esa tradición ha evolucionado a solo un partido de basketball. Ya quedamos de vernos en la cancha a las 10 de la mañana para bajar la cena de noche buena. Yo invité a varios amigos, espero que estén alli. Si no fuera por mi papá, creo que esta tradición de hacer deporte en estos dias se iria perdiendo.. creo que pronto llegará el día en que seamos nosotros los que sigamos con este legado.
Luces de vengala, fué lo que aprendió nuevo mi hijo el dia de hoy. Jugando con sus primos en casa de Mamá Nana (asi le decimos a mi abuelita materna), mi tio Beto saco unas luces de vengala para todos, los niños estaban felices con las chispas, los movimientos de las luces y los gritos de todos mientras las danzantes luces brillaban en la oscuridad. A mi se me ocurrio pensar, la vida no tiene por que ser como una luz de vengala, los momentos gratos, el disfrutar de la vida no tiene por que ser pasajero y fugaz, nacimos para vivir una vida plena, para aprender de nuestros errores, para seguir el ejemplo de aquel de quien recordamos su nacimiento en este día. Mi meta es que para el proximo diciembre, mi familia y yo podamos decir: Fué el mejor año de nuestras vidas ... y lo que viene luce mucho mejor.
Yo quiero en mi vida una vela encendida, un faro que alumbre y pueda marcar el camino para los que vienen detrás, no una luz de vengala que asi como se enciende, se apaga tras dar unos cuantos segundos de felicidad.
y tu? eres una vela o una luz de vengala?
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